
Una parte de Las Hurdes ha sido arrasada por el fuego, ennegrecido su paisaje, escamoteada su plenitud a las generaciones futuras; este ha sido el atroz holocausto consagrado por un enfermo pirómano a la inmensidad de su ego.
Hoy la noticia ha quedado semioculta por el marasmo de actualidad que cada día nos atenaza, nos somete, nos informa o desinforma; Homo videns como denomina Giovanni Sartori al hombre actual, siempre pendiente de la televisión, de su continua emisión de imagenes y la necesidad de esta de crear más imagenes, de ofrecer actualidad, contenidos aunque sean absurdos o irrelevantes, en un único afán de llenar espacios, extender la franja horaria de sus emisiones, relegando pronto toda noticia por la necesidad de mostrar algo que suene a nuevo.
En una tierra como Extremadura, cuya imagen a través de "Marca Extremadura" la Junta vende como "Tiempo para las cosas por las que vivimos" esta necesidad de novedad, esta prisa por vivir y relegar lo vivido nos debería ser ajena, pero no es así, a este respecto el extremeño de hoy en nada se diferencia de sus congéneres españoles, salvo quizás en tener tiempo de dormir la siesta, y el vivir pausado lo empezamos a ver como algo extraño, utópico.
Atrás quedaron por fortuna los tiempos en que eramos una región subdesarrollada con pésimas comunicaciones, "Tierra sin pan" que el surrelista hace tópico; hoy somos una comunidad orgullosa de su presente, con una riqueza en expansión y un futuro que promete, al margen de la inacción de algunas entidades, pero no podemos permitirnos que las prisas por llegar lastren nuestro caminar y en el camino hacia el progreso tomemos atajos que sacrifiquen el medio natural que nos han legado nuestros antepasados con faraónicos proyectos de refinerías y centrales térmicas.
La comarca hurdana ha ardido, ahora hemos de cuantificar los daños y tratar de paliarlos en la medida de las posibilidades, castigar a los culpables del incendio y tratar de que no vuelva a repetirse, esta acción en medida de protección del medio ambiente, ¿por que no la llevamos al territorio de toda Extremadura?
Hoy la noticia ha quedado semioculta por el marasmo de actualidad que cada día nos atenaza, nos somete, nos informa o desinforma; Homo videns como denomina Giovanni Sartori al hombre actual, siempre pendiente de la televisión, de su continua emisión de imagenes y la necesidad de esta de crear más imagenes, de ofrecer actualidad, contenidos aunque sean absurdos o irrelevantes, en un único afán de llenar espacios, extender la franja horaria de sus emisiones, relegando pronto toda noticia por la necesidad de mostrar algo que suene a nuevo.
En una tierra como Extremadura, cuya imagen a través de "Marca Extremadura" la Junta vende como "Tiempo para las cosas por las que vivimos" esta necesidad de novedad, esta prisa por vivir y relegar lo vivido nos debería ser ajena, pero no es así, a este respecto el extremeño de hoy en nada se diferencia de sus congéneres españoles, salvo quizás en tener tiempo de dormir la siesta, y el vivir pausado lo empezamos a ver como algo extraño, utópico.
Atrás quedaron por fortuna los tiempos en que eramos una región subdesarrollada con pésimas comunicaciones, "Tierra sin pan" que el surrelista hace tópico; hoy somos una comunidad orgullosa de su presente, con una riqueza en expansión y un futuro que promete, al margen de la inacción de algunas entidades, pero no podemos permitirnos que las prisas por llegar lastren nuestro caminar y en el camino hacia el progreso tomemos atajos que sacrifiquen el medio natural que nos han legado nuestros antepasados con faraónicos proyectos de refinerías y centrales térmicas.
La comarca hurdana ha ardido, ahora hemos de cuantificar los daños y tratar de paliarlos en la medida de las posibilidades, castigar a los culpables del incendio y tratar de que no vuelva a repetirse, esta acción en medida de protección del medio ambiente, ¿por que no la llevamos al territorio de toda Extremadura?