viernes, 30 de julio de 2010



Cataluña ha abolido las corridas de toros en su territorio.

Asistimos en chanclas a un momento histórico desde el salón de nuestras casas, con la veraniega sandía desaguándose en el plato de postre; nosotros los desheredados de la Historia (grandilocuente palabra), en la vorágine del pan y circo de todos los veranos (con la crisis menos pan y ahora también menos circo); ciudadanos con voto pero sin voz, vemos a nuestros vociferantes políticos, encaramados en la legitimidad de miles de papeletas electorales, emitir sus prodigiosas e incontestables opiniones como si fueran profetas de la verdad suprema contra la que no cabe otra cosa que el acatamiento sin matices.
Hablan los Montillas y Moriles embriagados de si mismos, con su demagoga dialéctica de albañal, alegando en sus discursos a la libertad individual de los ciudadanos, o el maltrato de los animales según color político o posiciones del individuo, en una confusa aleación de estrategia de partido, intereses propios y electorales, disfrazados de desvelos y preocupaciones por el interés del ciudadano que les ha encumbrado a su canongía.
Julio se marchita con unos días tórridos de noches caribeñas, una vez más la historia nos ha pasado al lado soplándonos molestamente en el cuello, y nosotros asistimos al teatro de al política nacional sandía en mano, prefiriendo las funciones del Festival de Teatro Clásico de Mérida.

viernes, 25 de septiembre de 2009

"Legítimas y acreditadas tortas de aceite de Inés Rosales"


Ponga usted en su vida diaria una de las legítimas, acreditadas, magníficas, aclamadas, coreadas Tortas de Aceite de Inés Rosales, histórica e historiada merienda, almuerzo, piscolabis, de duquesas, marqueses, aristócratas, burgueses junto a una taza de chocolate o un vaso de leche, o a un té que es más exótico o anglófilo.

Proveniente de tierras sevillanas (Castilleja de la Cuesta) viene su envoltorio aromatizado con el olor primaveral del azahar y el fervoroso perfume de los cirios que alumbran el paso de Nuestra Señora de la Esperanza (Macarena).

Dulce laico no va su consumo unido tradicionalmente a ninguno de los tiempos religiosos que rigen nuestro calendario, como el contumaz e irreductible polvorón a la Navidad, o la esquisita y tierna torrija a la ascética Cuaresma. Dulce laico puede consumirse en cualquier época del año; tiene algo de profana y eucarística obléa que se deshace en la boca pergeñando un sabor de azúcar anisada.

Es maná, ambrosía, dulce artesano y tradicional con reminiscencias de tiempos pasados alumbrados por una luz virginal, clara, sencilla; ecos que nos llegan contenidos, resumidos, resplandeciendo en ese dorado sol tangible y cercano que es una torta de aceite: sol hecho de carne con sus mismas manchas solares, las diminutas, agrisadas, escondidas semillas de anís y una capa de azúcar semiderretida.

Poesía al servicio de la gula, pecado que ensancha.

jueves, 3 de septiembre de 2009

El hombre del salto


En su sorprendente "El hombre del salto", Don Delillo, aborda los atentados del 11-S desde el punto de vista de Keith uno de sus supervivientes, que se hallaba en el interior de una de las torres gemelas, cuando se produjo el fatídico incidente. El libro comienza con el pseudo-protagonista caminando entre la repentina oscuridad y las nubes de polvo y ceniza, con el rumbo perdido, desorientado y dejándose llevar por su instinto, que acaba depositándolo frente a la puerta de la casa de su ex-mujer Lianne, con la que comparte un hijo, y la cual , viendo su penoso estado acaba acojíendolo en casa.
Son numerosos los personajes que Delillo introduce en la novela, así como dispares las circunstancias de estos y las situaciones del relato; Lianne trabaja con enfermos de Alzheimer en un club de escritura, en el que estos escriben lo que sienten, antes de que todo lo devore la enfermedad; la madre de Lianne demócrata de convicciones, se plantea las causas de los atentados de forma liberticida; uno de los terroristas suicidas se cuestiona la idoneidad de sus actos y recuerda su vida no tan contemplativa como la de sus compañeros de acción; y así un largo etcétera.
Esta gran novela de Delillo, recomendable en todos los sentidos, contiene una frase casi lapidaria:

"El mundo cambia primero en la mente
del hombre que quiere cambiarlo"

Disfrutad su lectura.

miércoles, 29 de julio de 2009

Las Hurdes


Una parte de Las Hurdes ha sido arrasada por el fuego, ennegrecido su paisaje, escamoteada su plenitud a las generaciones futuras; este ha sido el atroz holocausto consagrado por un enfermo pirómano a la inmensidad de su ego.
Hoy la noticia ha quedado semioculta por el marasmo de actualidad que cada día nos atenaza, nos somete, nos informa o desinforma; Homo videns como denomina Giovanni Sartori al hombre actual, siempre pendiente de la televisión, de su continua emisión de imagenes y la necesidad de esta de crear más imagenes, de ofrecer actualidad, contenidos aunque sean absurdos o irrelevantes, en un único afán de llenar espacios, extender la franja horaria de sus emisiones, relegando pronto toda noticia por la necesidad de mostrar algo que suene a nuevo.
En una tierra como Extremadura, cuya imagen a través de "Marca Extremadura" la Junta vende como "Tiempo para las cosas por las que vivimos" esta necesidad de novedad, esta prisa por vivir y relegar lo vivido nos debería ser ajena, pero no es así, a este respecto el extremeño de hoy en nada se diferencia de sus congéneres españoles, salvo quizás en tener tiempo de dormir la siesta, y el vivir pausado lo empezamos a ver como algo extraño, utópico.
Atrás quedaron por fortuna los tiempos en que eramos una región subdesarrollada con pésimas comunicaciones, "Tierra sin pan" que el surrelista hace tópico; hoy somos una comunidad orgullosa de su presente, con una riqueza en expansión y un futuro que promete, al margen de la inacción de algunas entidades, pero no podemos permitirnos que las prisas por llegar lastren nuestro caminar y en el camino hacia el progreso tomemos atajos que sacrifiquen el medio natural que nos han legado nuestros antepasados con faraónicos proyectos de refinerías y centrales térmicas.
La comarca hurdana ha ardido, ahora hemos de cuantificar los daños y tratar de paliarlos en la medida de las posibilidades, castigar a los culpables del incendio y tratar de que no vuelva a repetirse, esta acción en medida de protección del medio ambiente, ¿por que no la llevamos al territorio de toda Extremadura?

lunes, 13 de julio de 2009

"ALCONCHEL"


Alconchel es mucho más que el pueblo de Rocío, es alfombra de casas, naranjos y encinas a los pies de su castillo de muros dorados por el crepusculo; patios primaverales con fragancia de azahar y pozos de agua clara con la cara interna del brocal petreo, alhajada del verdor del liquen;
frescor abovedado en el calor angosto de las tardes agosteñas; campos de cereal y luz-oro que el invierno adorna de almendros florecidos de seda rosa; fachadas encaladas que relumbran al sol cobijando trás de sí a gentes sencillas y nobles;
paseos relajados por caminos polvorientos cruzandonos con racimos de ovejas arrebujados a ladridos de perros; chozos de piedra, y una ribera que discurre cansada entre huertas de verdor discreto y algarabía de niños que se divierten; Alconchel es esto y mucho más, descubrirlo solo está un poco más allá de la intención de hacerlo